Agradeciendo los Momentos Pasados

La vida está llena de ciclos, de momentos que se cierran para dar paso a otros. En mi caso, después de siete años viviendo en Málaga, llega el momento de despedirme de esta etapa. Estos años han sido testigos de algunos de los momentos más importantes de mi vida, como el nacimiento de mis tres hijas, la construcción de amistades valiosas y el enfrentamiento de desafíos que transformaron mi forma de ver el mundo. Entre esos retos, el más significativo fue un ictus que, junto a una infección bacteriana hospitalaria, puso en peligro mi vida en 2022. Pero a pesar de la incertidumbre y el miedo, hoy sonrío al recordar todo lo vivido, porque incluso en las sombras encontré luz.

Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que esta etapa de mi vida ha sido un regalo, lleno de aprendizajes y crecimiento. He tenido el privilegio de contar con personas maravillosas a mi lado. Mis compañeras de trabajo, que se convirtieron en amigas y aliadas, me ofrecieron su apoyo incondicional en los momentos más oscuros. Y, además, he sido afortunado de tener a mi lado un equipo médico excepcional: mi médica rehabilitadora, mis fisioterapeutas, entrenador personal,  optometrista  neuro psicóloga, terapeuta ocupacional, y  neurocirujana que no solo trataron mi cuerpo, sino que también me ayudaron a sanar mi espíritu. Ellas han sido mis guías en este proceso de recuperación, devolviéndome la esperanza cuando todo parecía perdido.

Esta reflexión sobre mi vida en Málaga no es solo una mirada personal hacia el pasado, sino una invitación a todos nosotros a reconocer los momentos de nuestra vida que, aunque difíciles, nos han hecho más fuertes. A menudo, es en las pruebas donde descubrimos nuestra verdadera resiliencia, y es en los momentos de crisis donde nos encontramos con personas que nos inspiran a seguir adelante. Cada experiencia, por muy dolorosa que haya sido, tiene algo valioso que ofrecernos.

Cuando elegimos sonreír al recordar lo vivido, no estamos negando el dolor o la dificultad, sino honrando nuestra capacidad de encontrar belleza incluso en las situaciones más adversas. Esta sonrisa no es solo por los buenos momentos, sino por la oportunidad de haber aprendido y crecido a través de todo lo que la vida nos ha presentado.

Al mirar atrás con gratitud, también nos preparamos para los nuevos comienzos. Cada final, por difícil que parezca, abre la puerta a algo nuevo. En mi caso, cerrar este capítulo en Málaga no es solo una despedida, es también una bienvenida a lo que viene. Y lo hago con la certeza de que, aunque algunos momentos han sido duros, tengo tanto que agradecer: la vida de mis hijas, las amistades que he cultivado y el inmenso apoyo que he recibido en mi proceso de sanación.

, tenemos que saber que cada experiencia es una lección, y cada desafío nos ofrece la oportunidad de crecer. La gratitud es una herramienta poderosa para mantenernos conectados con lo positivo, incluso cuando las circunstancias nos invitan a rendirnos. Cuando elegimos enfocarnos en lo que hemos ganado, en lugar de lo que hemos perdido, transformamos nuestra perspectiva y nos abrimos a nuevas posibilidades.

Agradecer el pasado nos permite abrazar el futuro con mayor esperanza y confianza. Nos libera del peso de lo que ya no es, y nos invita a vivir el presente de manera más plena. Cuando aprendemos a apreciar lo que fue, sin aferrarnos a ello, creamos espacio para nuevas experiencias, nuevos aprendizajes y nuevos comienzos.

Este proceso de agradecimiento no solo sana nuestras propias heridas, sino que también nos conecta con los demás. Al compartir nuestras historias, nuestras luchas y nuestras victorias, inspiramos a quienes nos rodean a ver la vida desde una perspectiva más luminosa. A través de la gratitud, creamos una cadena de positividad que puede transformar no solo nuestras vidas, sino también las de aquellos que nos acompañan en el camino.

Así que, cuando llegue el momento de cerrar un capítulo en tu vida, recuerda hacerlo con una sonrisa. Porque cada experiencia, buena o mala, ha dejado su huella en ti. Cada persona que has conocido, cada desafío que has enfrentado, te ha enseñado algo valioso. Y al final, lo que queda no es la tristeza por lo que terminó, sino la gratitud por lo que fue.

Sonríe, porque sucedió. Y sigue adelante, con la certeza de que lo mejor está aún por venir. Gracias😉

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio